Formamos parte de una organización mundial de vivienda sin ánimo de lucro que trata de poner en práctica el amor de Dios construyendo hogares, comunidades y esperanza.
Hábitat se fundó con la convicción de que todo el mundo merece un lugar sencillo y duradero donde vivir con dignidad y seguridad, y que una vivienda decente en comunidades decentes debería ser una cuestión de conciencia y acción para todos.
Todos los que crean que todo el mundo necesita un lugar decente y asequible para vivir son bienvenidos a colaborar en la labor, independientemente de su raza, religión, edad, sexo, opiniones políticas o cualquiera de las otras distinciones que con demasiada frecuencia dividen a la gente.
En resumen, Hábitat da la bienvenida a voluntarios y simpatizantes de todos los orígenes y también sirve a las personas que necesitan una vivienda digna, independientemente de su raza o religión. Como política, Hábitat para la Humanidad Internacional y sus organizaciones afiliadas no hacen proselitismo. Esto significa que Hábitat no ofrecerá asistencia bajo la condición expresa o implícita de que las personas deben adherirse o convertirse a una fe en particular, o escuchar y responder a mensajes diseñados para inducir la conversión a una fe en particular.