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La historia de las reparaciones de Angela

Angela es una orgullosa propietaria de una casa que compró en 1992. A lo largo de los años, ella y su familia la han llenado de amor y recuerdos. Ahora, 26 años después, la casa ha desarrollado problemas de mantenimiento, como deterioro estructural, una cubierta insegura y puertas que no están bien aseguradas. Ángela había tenido dificultades para encontrar el dinero necesario para estas costosas reparaciones, hasta que vio un folleto en el que se detallaba el Programa de Reparación de Viviendas de Hábitat. Supo que al asociarse con Hábitat, ¡había encontrado la oportunidad de arreglar por fin su casa!

"Una vez terminadas las reparaciones, ni siquiera reconocía mi propia casa. Era tan bonita". comparte Angela. "A veces, cuando vuelvo a casa del trabajo, me paro delante de mi casa para admirarla y asimilar lo afortunada que soy".

Antes de estas reparaciones críticas de la casa, las fiestas no eran tan animadas para Angela. Las viejas puertas traseras no aislaban del calor, por lo que sus facturas mensuales eran muy elevadas, y decorar la casa no era una opción por motivos de seguridad. Ahora que su casa es segura y cálida, a Angela le encanta recibir a familiares y amigos durante las fiestas. "Vino mi primo, estaba en el salón y se paró a mirarme. Me asusté y le pregunté qué pasaba, pero él sonrió y me dijo: 'Dios mío, aquí hace calor'".

"Con todo el dinero que ahorro en mis facturas de calefacción, las fiestas son ahora menos estresantes y puedo mantenerme caliente en mi casa".

Hoy Angela está sonriente y emocionada durante estas fiestas y ha seguido involucrada con Hábitat como Voluntaria Principal. Es voluntaria todas las semanas, se acerca a su comunidad y a sus vecinos y comparte su historia de reparación de viviendas.

"Esto realmente es un proceso que cambia la vida y estoy muy agradecida a toda la familia de Hábitat para la Humanidad".