La historia de la reparación de la casa de Terezia

Una "bendición total" a través de la reparación de viviendas con Hábitat

Reparación de viviendas homeowne

Habitat Metro Denver dio a Terezia, de 90 años, y a su hijo Robert, de 73, la primera buena noticia que han tenido en mucho tiempo sobre su casa.

Terezia está paralítica y Robert desarrolló demencia tras una caída hace varios años, por lo que su casa de tres dormitorios en Denver se fue deteriorando. El tejado tenía goteras y las ventanas, que eran originales, estaban cerradas con pintura y no se podían utilizar.

El personal y los voluntarios de Habitat Metro Denver instalaron un tejado nuevo, ventanas contra tormentas, una valla de cedro y un nuevo revestimiento verde, explica Bea, la hija de Terezia. Las mejoras en la casa permitirán a la familia abrir por fin las ventanas o resguardarse de los elementos, según la época del año.

"Estoy muycontenta por ellos porque han podido abrir las ventanas por primera vez", dice Bea. "Debido a laedad de mi madre y a la discapacidad de mi hermano, no podían ocuparse ellos solos de las reparaciones de la casa. Iban a perder el seguro de hogar por las condiciones".

Terezia, que se trasladó a Estados Unidos desde Hungría en 1956, dirigió un servicio de limpieza comercial con su marido hasta que éste murió en 1976. Vendió el servicio de limpieza y compró dos casas y otros tres negocios que dirigió con éxito durante varias décadas.

Hace unos 20 años, fue estafada en una trama hipotecaria y lo perdió todo excepto la casa que ahora comparte con Robert, que era carpintero, comparte Bea.

Aquí está este realmente fuerte mujer que dirigía tres negocios. Empezó a decaer tras ser estafada y cuando su otro hijo murió hace unos 10 años", cuenta Bea, que cuida de su madre y su hermano con ayuda de sus vecinos. "Se merece que la cuiden".

Bea también ha apoyado a su madre durante el proceso de reparación de la casa. Como su madre es discapacitada, Bea trabajó como voluntaria en las ReStores de Hábitat para conseguir las horas de "sweat equity" necesarias para la asociación de la familia con Hábitat. La familia también pagó una parte de los costes del trabajo, comparte Bea.

"Había oído hablar del programa de reparaciones de Hábitat y presenté una solicitud porque sabía que ayudaría a mi madre. El trabajo de reparación les permitirá quedarse en la casa y no ir a una residencia de ancianos. Y no perderán el seguro de hogar", dice Bea.

"Es una bendición", dice Bea. "Nunca habríamos podido hacer esto por nuestra cuenta. Toda esta experiencia ha sido fantástica".

"Estoy muy emocionada por ellos, porque van a poder abrir las ventanas por primera vez", dice Bea. dice Bea.