Historias

La historia de Tanya

"Como madre, me hace sentir muy bien saber que a mis hijos les encanta estar aquí. Este es su hogar".

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Hoy, la vida de Tanya y sus dos hijas es tranquila, segura y estable. Pero Tanya aún recuerda cuando la vida era mucho más dura. Hace apenas un par de años empezaba a perder la esperanza y estaba desanimada por la situación en que vivía su familia.

"Había muchas inundaciones en el sótano, que creaban moho", recuerda Tanya. "Con el tiempo, el moho se fue acumulando. Era muy estresante; no era muy saludable ni para mí ni para mis hijos".

Además de preocuparse por la salud de su familia en el interior de su casa de alquiler, también había peligros fuera. "Vivía cerca un hombre que se emborrachaba mucho. Se paseaba constantemente por la calle e intentaba hablar con mis hijos. Era muy incómodo.

"Tanya empezó a sentirse desamparada y estaba perdiendo la esperanza. "Quería más para nosotros... Sentía que Destiny y Baylee se merecían un buen hogar".

Fue entonces cuando Tanya conoció Hábitat para la Humanidad y su perspectiva sobre el futuro de su familia cambió. Tanya trabajó duro para construir y comprar su propia casa, y su familia pudo mudarse justo antes de la Navidad de 2015.

"Nuestra vida es mucho más estable ahora", exclama Tanya. "Dormimos mejor por la noche. Nos reímos más. Jugamos más".

Destiny y Baylee estaban impresionadas con todo el trabajo duro y la determinación de Tanya para ayudar a construir su casa, y veían a su madre construir cada semana a través de la valla de construcción. Ahora que Destiny tiene 16 años, ha empezado a trabajar como voluntaria para ayudar a construir las casas de otras familias de Habitat.

"Los niños van bien en la escuela... su futuro parece muy prometedor", dice Tanya. "¡Nos encanta estar aquí! Hay un futuro más brillante para todos nosotros".