Historias

Conoce a los propietarios de Hábitat: Quana y Zach

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Quana fue voluntaria por primera vez en una obra de construcción de Hábitat con un grupo de la iglesia de Missouri cuando era adolescente. No tenía hogar, vivía en un coche y la iglesia la ayudó con comida y ropa. La invitaron a servir a los demás aunque ella misma necesitaba ayuda. Su vida de niña no era estable y anhelaba la normalidad.

Veinte años después, a Quana le iba bien, estudiaba un doctorado en la Universidad de California en Boulder, cuando se enfrentó a un grave problema de salud que le obligó a someterse a varias operaciones de urgencia relacionadas con el cáncer. El tratamiento médico la llevó a la bancarrota económica y la dejó con dolores crónicos que le dificultaban el trabajo. Una vez más, su vida era inestable, vivía con amigos y no podía permitirse una casa propia. Había vuelto al punto de partida.

Zach había crecido en circunstancias inestables en Vermont: casas compradas y perdidas en su infancia, padres divorciados, mudanzas constantes y también sin hogar. Buscaba un nuevo comienzo y se trasladó a Denver, donde vivía su hermana. Le gustó el ambiente progresista, al aire libre y acogedor que se respiraba aquí. Pero el coste de la vivienda le planteó problemas que no había previsto: vivir en condiciones precarias y volver a mudarse constantemente.

La suerte quiso que Quana y Zach se conocieran por su pasión común por el arte y el diseño. Quana tiene un negocio de bellas artes y consultoría, y Zach trabaja como director artístico para una empresa local de serigrafía. Ambos eran muy conscientes del deseo del otro de tener un hogar estable y de lo que significaría para ellos, pero todo era muy caro. ¿Cómo podrían permitirse comprar?

Vivían en un apartamento caro y estrecho, y en un momento dado tuvieron que colocar ollas y sartenes por todo el alquiler porque llovía a cántaros por el techo.

Zach compartió: "Es muy difícil conseguir estabilidad financiera en Denver si no eres propietario".

Quana también buscaba los "beneficios físicos, sociales y emocionales de tener una vivienda estable y no tener que preocuparse por el desplazamiento, el aumento del alquiler u otras circunstancias que nos obliguen a mudarnos de nuevo".

Un agente inmobiliario les sugirió que echaran un vistazo al programa de Habitat Metro Denver, y Quana sintió inmediatamente que se trataba de serendipia. Ella y Zach necesitaban que les echaran una mano, y aquí estaba.

"Ser aceptada en el programa Hábitat para comprar nuestra primera casa ha tenido un profundo impacto en mi salud", afirma Quana. Recientemente sus médicos le han preguntado qué ha cambiado. Ella les ha dicho con entusiasmo: "tener una casa y una comunidad seguras e increíbles está ayudando mucho a mi recuperación."

Quana y Zach acaban de mudarse a la nueva casa que compraron en Swansea Homes y están entusiasmados por utilizar su creatividad y expresión artística para darle estilo.

"Estamos impacientes por convertirlo en un espacio auténticamente nuestro". La pareja también está deseando cocinar y cultivar sus propias frutas y verduras en un huerto.

"Todo este proceso ha sido como una fantasía", dice Zach. "¡Gracias por darnos la esperanza de que la propiedad de la vivienda realmente puede suceder para nosotros!".