Historias

20 años de impacto: La historia de Sandra Hábitat

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El hijo mayor de Sandra, Miguel, tenía dos grandes objetivos cuando tenía 17 años: conseguir una beca universitaria para él y encontrar una vivienda digna para su madre y sus hermanos. Durante la mayor parte de su vida, había sido difícil encontrar una vivienda asequible, y su familia de seis miembros tuvo que soportar muchos años en viviendas precarias en las que no se sentían seguros. Antes de que Miguel sintiera que podía dejar a su familia para ir a la universidad, quería asegurarse de que tuvieran una vivienda estable.

Miguel oyó hablar del programa de viviendas asequibles de Hábitat para la Humanidad a su entrenador de atletismo del instituto. Su madre, Sandra, no tardó en solicitarla, y ese momento cambió la trayectoria del futuro de su familia.

Sandra invirtió con orgullo cientos de horas de voluntariado para ayudar a construir la casa de su familia, y se mudaron a su flamante hogar en 2001, ¡hace exactamente 20 años! Con su familia viviendo en una casa asequible de cuatro dormitorios, Miguel pudo concentrarse en la educación superior y se licenció en gestión empresarial por la Metropolitan State University de Denver.

"Saber que mi madre y mis hermanos tenían un lugar seguro y estable al que llamar hogar me alivió mucho estrés". Miguel continúa: "Pude centrarme en mis estudios sin preocuparme de si el resto de mi familia estaría bien."

Los hermanos de Miguel también han prosperado desde que crecieron en su hogar de Hábitat. Sus hermanas, Elvia y Jessica, fueron a la universidad y obtuvieron títulos universitarios. Jessica es una orgullosa madre de seis hijos y propietaria de su propia casa. Elvia trabaja en el campo de la medicina como traductora y le apasiona ayudar a los demás tanto como puede. Ambas mujeres aprecian el impacto que su casa Hábitat ha tenido en sus vidas.

"Recuerdo que siempre tuve un lugar al que llamar hogar, y a día de hoy sigo considerando la casa de mi madre mi verdadero hogar y eso nunca cambiará", comparte Elvia. " Recuerdo el amor y el cariño que crecían en nuestro hogar cuando éramos niños y que han perdurado en nuestra vida adulta", añade Jessica.

Durante los últimos 20 años de propiedad de su vivienda, Sandra y sus hijos no han perdido de vista lo que de verdad importa.

"Este hogar siempre será nuestro hogar. Todos hemos experimentado la pérdida, el amor y la esperanza aquí, en esta casa que construimos juntos." Sandra continúa: "Le debemos mucho a Hábitat y agradecemos a todos los que contribuyeron a esta organización que ha cambiado la vida de mi familia para siempre."

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